¿Qué es la Información de Defensa Cubierta?
La Información de Defensa Cubierta (CDI) se refiere a información técnica controlada no clasificada u otra información con aplicación militar o espacial que ha sido identificada en la “Información Técnica Controlada” o en la “Información Crítica de Infraestructura del DoD”. El Gobierno Federal depende en gran medida de proveedores de servicios externos y contratistas para ayudar a llevar a cabo una amplia gama de misiones federales, así como funciones empresariales. Muchos de estos servicios y funciones incluyen acceso a, o generación de, información federal sensible, lo que puede crear vulnerabilidades potenciales para la información federal y los sistemas de información federales.
La CDI juega un papel crítico en el mantenimiento de la seguridad nacional y la protección de la inteligencia militar. Puede ser cualquier cosa, desde manuales de entrenamiento y planos de aeronaves hasta informes de inteligencia. Es vital que este tipo de información se maneje y comparta adecuadamente para asegurar que no caiga en manos equivocadas. El manejo y la difusión inadecuados de la CDI pueden llevar a consecuencias graves, incluyendo dañar la seguridad nacional del país, implicaciones legales y riesgos reputacionales para quienes la manejan.
En este artículo, proporcionaremos una visión general completa de la CDI, incluyendo cómo se define, por qué necesita ser protegida y cuáles son las repercusiones en caso de acceso no autorizado, lo que podría llevar a una violación de datos y/o incumplimiento de normativas.
Características Clave de la Información de Defensa Cubierta
Una de las características clave de la Información de Defensa Cubierta es su alcance. No se limita a información clasificada o secreta, sino que también incluye información no clasificada que es sensible y requiere protección. Dicha información se refiere a las áreas técnicas, operativas o científicas de defensa que proporcionan una ventaja estratégica.
Otro elemento importante de la CDI es su estatus protegido. La CDI está sujeta a las reglas del Suplemento de Regulación de Adquisiciones Federales de Defensa (DFARS), que exige estándares de protección obligatorios para los contratistas y subcontratistas de defensa. El incumplimiento de estos protocolos puede resultar en severas penalizaciones, incluyendo pero no limitándose a perder la capacidad de licitar en futuros contratos de defensa.
¿Cuál es la Diferencia entre CDI, CUI y FCI?
La Información de Defensa Cubierta o CDI es un término adoptado por el Departamento de Defensa (DoD) para etiquetar información técnica controlada no clasificada. Se aplica a cualquier información no clasificada que cae bajo la jurisdicción de las regulaciones de protección del DoD, incluyendo todas las formas de datos relacionados con aplicaciones militares o de defensa.
Por el contrario, la Información No Clasificada Controlada (CUI) se refiere a información que requiere controles de protección o difusión conforme a la ley federal, regulación o política gubernamental general. La CUI no es información clasificada, pero es lo suficientemente sensible como para justificar un nivel de protección más alto que el normalmente otorgado a la información no clasificada.
La Información sobre Contratos Federales (FCI) se refiere a información no destinada a ser divulgada públicamente. Es proporcionada por o generada para el gobierno bajo un contrato para desarrollar o entregar un producto o servicio al gobierno. La FCI no incluye información proporcionada por el gobierno al público o información transaccional simple.
Tanto la CDI como la CUI requieren un cierto nivel de protección, que es determinado por el gobierno y ciertos organismos reguladores. Los datos bajo estas categorías no pueden ser difundidos libremente sin implicaciones. Sin embargo, la principal diferencia radica en la aplicación de estas etiquetas. La CDI se enfoca específicamente en información relacionada con la defensa, mientras que la CUI es una categoría más amplia que abarca una gama de información sensible. La FCI, por otro lado, es un subconjunto de la CUI, principalmente relacionada con información sobre contratos federales.
En resumen, aunque la CDI, CUI y FCI representan formas de información sensible no clasificada que deben manejarse con cuidado, las diferencias clave radican en la naturaleza de la información que abarcan y los contextos en los que se utilizan.
La Importancia de la CDI para las Organizaciones y los Consumidores
La Información de Defensa Cubierta mejora la postura de seguridad de una organización al proporcionar pautas sobre cómo manejar información sensible. La adherencia a estos protocolos no solo asegura la seguridad, sino que también demuestra el compromiso de una organización con la protección de información crítica. Para los consumidores o constituyentes, el manejo adecuado de la CDI garantiza que sus datos sensibles, cuando caen bajo esta categoría, se manejen con el máximo cuidado y seguridad, asegurando así su privacidad y protección.
Sin embargo, el no proteger la CDI presenta numerosos riesgos. Los riesgos regulatorios incluyen medidas punitivas de los organismos reguladores. Los riesgos financieros podrían implicar fuertes multas o pérdida de negocios debido a incumplimiento de contratos. Los riesgos legales podrían llevar a potenciales demandas, mientras que los riesgos reputacionales podrían dañar la percepción pública de una organización. Por lo tanto, es esencial implementar las mejores prácticas para manejar y compartir adecuadamente la Información de Defensa Cubierta.
Manejo y Compartición de la Información de Defensa Cubierta
El manejo y la compartición de la Información de Defensa Cubierta están gobernados por un conjunto de requisitos estrictos. Estos incluyen emplear sistemas de seguridad adecuados, usar cifrado para el almacenamiento y tránsito de información, y realizar auditorías regulares para asegurar el cumplimiento normativo. Los empleados deben recibir capacitación adecuada sobre la importancia de la CDI y las repercusiones de manejar incorrectamente dicha información.
Hacer cumplir estos requisitos es igualmente crucial. Las organizaciones deben tener medidas disciplinarias estrictas para cualquier incumplimiento. Recordatorios regulares sobre la importancia de seguir estos protocolos, junto con una cultura que valore la seguridad y la discreción, pueden ayudar a hacer cumplir el manejo y la compartición adecuados de la CDI.
Mejores Prácticas para Implementar Protocolos de CDI
Manejar y proteger la Información de Defensa Cubierta (CDI) es un aspecto crítico para mantener la seguridad nacional y cumplir con las regulaciones gubernamentales.
La Información de Defensa Cubierta (CDI) es una terminología general que abarca información técnica controlada no clasificada de aplicación militar o espacial que no está ya protegida por otra categoría de Información No Clasificada Controlada (CUI). La CDI también incluye toda la información protegida bajo el Suplemento de Regulaciones de Adquisiciones Federales de Defensa (DFARS).
Implementar protocolos de CDI es una medida vital para asegurar la seguridad de la información crítica de defensa. La CDI requiere almacenamiento seguro, procesamiento y transmisión para proteger los datos de accesos no autorizados y amenazas cibernéticas. Aprovechar marcos de ciberseguridad como la recomendación NIST 800-171 del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología es una mejor práctica para implementar protocolos de CDI.
Este marco promueve medidas proactivas como el mantenimiento del sistema, la monitorización continua y la protección persistente de datos. Las actualizaciones regulares de software, el escaneo de antivirus y las copias de seguridad de datos son tareas de mantenimiento esenciales. Además, la monitorización continua permite la detección de cualquier actividad anómala o brechas de seguridad, facilitando reacciones rápidas para minimizar el daño.
Una práctica central en la implementación de protocolos de CDI es la capacitación de los empleados. Todos los miembros del personal que interactúan con la CDI deben tener una comprensión matizada de los protocolos de CDI, incluyendo las etapas de clasificación, manejo y desclasificación. La capacitación en concienciación sobre seguridad adecuada minimiza el riesgo de fugas de datos inadvertidas.
Adherirse a estas mejores prácticas para implementar protocolos de CDI reduce significativamente el riesgo de ciberataques, asegurando la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los datos. Asegura a los contratistas y subcontratistas del DoD que pueden manejar de manera segura información sensible de defensa. Además, alinea a las organizaciones con la cláusula DFARS 252.204-7012, fomentando el cumplimiento normativo y protegiéndolas de posibles sanciones civiles y penales.
Medidas Regulatorias Respecto a la Información de Defensa Cubierta
Entender las medidas regulatorias concernientes a la Información de Defensa Cubierta es crítico. El gobierno ha delineado ciertas reglas en el DFARS, diseñadas para asegurar la seguridad de la CDI. El DFARS exige a los contratistas y subcontratistas, encargados de la CDI, implementar medidas de seguridad específicas. Estas medidas están diseñadas para proteger la confidencialidad, integridad y seguridad general de la CDI. Los contratistas y subcontratistas están obligados a reportar cualquier incidente cibernético que pueda afectar potencialmente a la CDI dentro de las 72 horas desde su descubrimiento.
Otra medida regulatoria importante es la Certificación del Modelo de Madurez de Ciberseguridad (CMMC), un estándar de ciberseguridad unificado para futuras adquisiciones del DoD. El marco CMMC 2.0 incluye tres niveles de madurez de ciberseguridad que van esencialmente de básico a avanzado, asegurando que todas las organizaciones que manejan CDI tengan un nivel adecuado de controles y procesos de ciberseguridad en su lugar. Por lo tanto, cumplir con estos estándares y medidas regulatorias es crucial para asegurar la seguridad e integridad de la CDI, protegiendo no solo la información de defensa nacional sino también manteniendo la confianza en las relaciones de la industria de defensa.
Mejores Prácticas para el Manejo y Compartición de CDI
Es crítico para las organizaciones que manejan CDI seguir las mejores prácticas para su manejo, compartición y almacenamiento seguros. El primer paso hacia una gestión efectiva de CDI es desarrollar y mantener una política integral de seguridad de la información. Esta política debe delinear la naturaleza de la CDI que maneja la organización, las responsabilidades de los individuos que interactúan con estos datos y los procedimientos para la gestión segura de datos. Tener una política robusta no solo asegura el cumplimiento con las estipulaciones del DoD, sino que también fomenta una cultura de concienciación sobre seguridad dentro de la organización.
Además de una política de seguridad sólida, las organizaciones necesitan medidas técnicas fuertes para proteger la CDI. Esto implica implementar sistemas de red e información seguros que cumplan con el marco de ciberseguridad del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST). Asegurar el cifrado seguro, controles de acceso robustos y auditorías regulares del sistema son componentes cruciales de esta estrategia.
Luego, las organizaciones deben aplicar un principio de necesidad de saber cuando se trata del acceso a la CDI. Esto esencialmente significa que solo los individuos que requieren acceso a CDI específica para sus funciones laborales deben tener ese acceso. Además, es vital asegurar que los empleados entiendan sus responsabilidades respecto a la CDI y sean capacitados regularmente sobre las políticas y procedimientos de seguridad de la información de la organización.
Cuando se trata de compartir CDI, es vital asegurar canales de comunicación seguros. La CDI debe ser transmitida a través de conexiones cifradas y los datos sensibles deben ser redactados siempre que sea posible. Además, las organizaciones que manejan CDI deben examinar minuciosamente a sus socios y proveedores para asegurar que también sigan prácticas seguras de manejo de datos.
Por último, la gestión efectiva de CDI implica la evaluación y actualización regular de las políticas, procedimientos y sistemas de seguridad. Con la rápida evolución de las amenazas y vulnerabilidades, es esencial que las organizaciones se mantengan al tanto de las últimas tendencias de ciberseguridad e implementen las actualizaciones necesarias para asegurar su CDI. Esto incluye realizar evaluaciones de riesgos, auditorías y pruebas de penetración regulares para identificar y abordar posibles brechas de seguridad.
En última instancia, manejar, almacenar y compartir CDI requiere un enfoque integral que incluya políticas robustas, medidas técnicas seguras, capacitación regular, canales de comunicación seguros y vigilancia constante. Al adherirse a estas mejores prácticas, las organizaciones pueden asegurar la seguridad e integridad de su CDI, protegiendo así sus operaciones mientras cumplen con las regulaciones que exigen la protección de la CDI.
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En resumen, la Información de Defensa Cubierta (CDI) es un aspecto crucial de la seguridad nacional que abarca una amplia gama de información sensible relacionada con aplicaciones de defensa y espaciales. Es esencial que las organizaciones e individuos involucrados en el manejo de CDI se adhieran estrictamente a las medidas regulatorias, incluyendo las regulaciones DFARS y NIST. La gestión adecuada de la CDI no solo fortalece la postura de seguridad de una organización, sino que también fomenta la confianza y la fiabilidad entre los consumidores. Sin embargo, no proteger la CDI puede exponer a las organizaciones a una miríada de riesgos, incluyendo daños legales, financieros y reputacionales. Por lo tanto, son vitales los requisitos estrictos de manejo y compartición. Al implementar y mantener mejores prácticas como capacitación regular, auditorías, cifrado y monitorización continua, las organizaciones pueden asegurar el manejo seguro de la CDI mientras minimizan las amenazas potenciales.
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